Tuesday, June 27, 2006

Divina. Con tus jeans nuevos y tu tapadito vintage. Tu libro de la semana, tu música. Tus comentarios corrosivos, tu actitud tipo nah, tipo no me rompas más las bolas. Tipo todo me chupa un egg.
Con tu úlcera nerviosa y la alergia de mierda en la espalda que anoche no te dejó dormir. Vos misma no te dejás dormir.
Tenés la puta sensación de que algo se rompió; desde pendex quizás. Desde el boludo del vecinito que te jodió un poco la infancia. Desde las boludeces que te dejaste hacer.
Pero hoy, que en definitiva es lo que importa, lo único que hacés es proyectar. Tu falta de rumbo, de objetivos, tu cero idea de nada y tu propia tristeza.
Toda esa angustia adolescente, de saber que no es el mundo, sino vos y no podés cambiarlo. Y te gusta la angustia, pero te la querés sacar de encima y no podés, como si fueras adicta.
Una mezcla de inseguridades, que llevás como banderas y te reís de ellas, tipo nah, y de miedos. De ese miedo al fracaso y al no, que te eriza los pelos de la nuca cada vez que alguien te pregunta "y qué pensas hacer con...". Porque la verdad es que hiciste un esfuerzo tan grande en cambiar, que ya no te quedan fuerzas para nada. Y que paja volver a cambiar.
Te olvidaste, boluda? Te encantabas... you loved your life. Qué carajo te hizo tan amargada, ácida, fría? Qué es lo que te tiene tan perdida, tan emputecidamente exstencialista?
Pero, a veces te das cuenta de que más que nada te gusta darle vueltas al asunto nomás. La angustia, con la que te sentís más cómoda, te viene como anillo al dedo cuando nada emocionante pasa en tu vida.
Y sabés que amás tus libros y tu música. Y a tu flia y a tu pibe y a tus amigas que tanto te hacen reir. Y que te quieren y que te llaman porque no saben qué hacer, más allá de todo, de tus impulsos, de las veces que te diste la cabeza contra la pared.
Y a vos. Porque, más que nada, te sentís una extraña allá a fuera, pero taaan cómoda en tu propio mundo.
Just snap out of it de una buena vez, y volvé que te extraño.